Capítulo 34.
Al amanecer siguiente, Randolf y Alena se encuentran despidiéndose de todos los miembros que estaban pendientes de retirarse del festejo.
Alena se encontraba con un vestido impecable en tono oscuro haciendo juego con la ropa de Alfa Randolf en todo momento.
Sin embargo, a pesar de que el Alfa trata de rozar su piel, su cuerpo, sus brazos de manera superficial, ella se aleja y tensa todo su cuerpo al sentirlo cerca.
“¿Qué carajos pasa?” piensa el Alfa Randolf al mismo tiempo que observa que Alena se aleja de su toque.
Pero ahora no puede preguntar.
Todos los miembros de la reunión y de quienes no había una sola pista de sospecha eran retirados disminuyendo los posibles culpables.
En el instante en que están a punto de terminar de despedirse del último miembro, escucha la voz de Gilmer por el enlace militar.
~ Lo tenemos, ~ declara de manera autosuficiente.
~ Perfecto. Manténgalo en resguardo. Yo tengo algo que resolver antes.~ dice Randolf.
~ ¿Estás seguro? ~ cuestiona Igor, metiéndose