Capítulo 49 — Si es lo que quieres, es lo que tendrás
Narrador:
Sebastián se encontraba como los últimos tiempos en su celda y, como ya era habitual, leía tranquilamente un libro, que era lo único que podía hacer por esos días, cuando un guardia llegó hasta su celda
—Mireles, tienes una visita
—¿Mi abogado? —preguntó con algo de ansiedad
—No lo sé, no me lo dijeron, solo me pidieron que te avisara que tienes una en el cuarto de visitas
—Ok, voy, muchas gracias
Pensando que era Javier, Sebastián dejó su libro sobre la mesa, ni siquiera se acomodó la ropa y salió tras el guardia. Al llegar, a la mencionada habitación de visitas, su sangre se heló al ver una mujer de espalda, la cual distinguió perfectamente
—Janina… —dijo en un suspiro
La joven se dio vuelta y lo miró directamente a los ojos. No pudo evitar que las lágrimas trataran de desbordarlos y los apretó, pero corrieron igualmente por sus mejillas
—Sebastián, ¿cómo has estado?
¡Pregunta tonta si lo era! porque ¿en la cárcel cómo