Empuñando un cuchillo corto, se abalanzó a toda velocidad contra la espalda de Gabriel.
Quería dejar innumerables heridas de cuchillo en el cuerpo de Gabriel, arrancarle la carne y hacerle experimentar un dolor peor que la muerte. Ese sería el precio por haberlo menospreciado.
En un instante, el Asesino Oculto se acercó a Gabriel, con una expresión feroz a punto de blandir su cuchillo.
— ¡Boom!
De repente, se escuchó una explosión de aire desde un costado, rápida y violenta.
— ¿Qué?
El Asesino Oculto giró la cabeza para mirar y descubrió con asombro una figura que se lanzaba contra él como un relámpago.
En ese momento crítico, el Asesino Oculto abandonó su ataque contra Gabriel y dirigió su cuchillo hacia el recién llegado.
Al instante siguiente...
Su valioso cuchillo se hizo añicos, convertido en fragmentos.
Las pupilas del Asesino Oculto se dilataron por la conmoción.
Sin tiempo para asimilar lo ocurrido, aquella fuerza devastadora impactó contra su cuerpo.
— ¡Puf!
Sus costillas se q