—¿Por qué está pasando esto? ¿Por qué? —en el camerino, Camila volvía a perder los estribos.
Esta vez en la audición había quedado completamente humillada. No solo fue despreciada e insultada por el equipo de dirección, sino que perdió frente a una novata que ni siquiera había tenido papeles secundarios antes.
Con su orgullo tan fuerte, ¿cómo podría aceptarlo?
Al recordar lo que Gabriel le dijo cuando se marchaba, la invadió una oleada de furia.
—En menos de tres meses, caerás más allá de la categoría dieciocho, ni siquiera te querrán como extra.
—Soy la diosa del Flor Dorada, ¿y dicen que nadie me querrá ni como extra? ¡Imposible! —murmuró Camila con el rostro tenso.
—¿Tú eres Camila?
De repente sonó una voz.
Camila se sobresaltó, apenas notando que había alguien más en el camerino.
—¿Quién eres tú? —preguntó Camila con desconfianza.
—Banda Verde, Emisario del Inframundo —la voz del recién llegado era gélida.
La expresión de Camila se congeló al instante.
El Emisario del Inframundo de