Adriana estaba a punto de quedarse dormida cuando de repente levantó la vista y se encontró con unos ojos gélidos que la miraban fijamente.
Se sentó de golpe y preguntó:
—¿Qué pasa?
Antes de que pudiera obtener una respuesta, Omar arrojó su teléfono frente a ella.
Adriana lo tomó y al ver la pantalla, quedó paralizada.
La foto era antigua, tanto que casi no podía recordarla. Pero al mirar la atmósfera sombría de la imagen, comenzó a recordar a la otra persona en la foto.
De repente, se dio cuenta de que esta foto no debería estar en su teléfono.
Su mente se movió rápidamente, y en un destello, se dio cuenta de lo que estaba sucediendo, y su corazón se hundió.
Andrés.
Cuando miró de nuevo la imagen y vio la expresión sombría de Omar, se dio cuenta de que la situación era muy grave.
Adriana habló rápidamente:
—Debes escucharme, no lo conozco bien, él fue quien se acercó a mí.
—¿Él se acercó a ti?
—Sí...
—Así que le diste una foto privada tuya.
Adriana quedó sin palabras.
Ella aún no ha