Capítulo 2
Entre la confusión y desconsuelo, vi a Juan marcharse con su grupo hacia otra fiesta. También escuché las frías palabras que le dirigió a su asistente por teléfono: —Que la lleven a casa de inmediato.

Los recuerdos del pasado invadieron mi mente en ese instante. Cuando volví en mí, sin esperar la respuesta de Juan, pasé de largo y salí del bar. Ya había transmitido el mensaje del abuelo, si iba o no era cosa suya. Nunca antes le había mostrado desprecio alguno a Juan, esta tal vez era la primera vez desde que nos casamos. Tanto así que cuando yo ya estaba afuera del bar, él seguía parado en la puerta, desconcertado.

Apenas subí al auto, Juan me llamó. —¡Solo fue un pleito entre amigos, ¿por qué me pones esa cara? —su primera frase fue un reclamo por mi actitud. Parecía que mi partida sin previo aviso lo había avergonzado.

Mi corazón se encogía por completo. Al parecer, los amigos podían llegar a ese nivel de intimidad. ¿Entonces nosotros podríamos considerarnos amigos? A través del teléfono, todavía podía escuchar las tontas burlas de sus amigos: —Cuando Juan vuelva a casa, Rafaela volverá a llorar abrazándolo. —Cuando eran novios rogaba que no la dejara, ahora casados ruega que no se divorcie, qué gracioso eres. —Bajen la voz, Juan está al teléfono.

Dicen que para saber si alguien te ama, hay que ver cómo te tratan sus amigos. Era algo que siempre estuvo a la vista, pero que decidí mejor ignorar deliberadamente.

—¡Vuelve! Discúlpate con Gina, la has hecho sentir incómoda —dijo Juan—. Si no vuelves a disculparte, no regresaré a casa.

Escuchando sus amenazas frecuentes, solo pude reír. —Como quieras —si antes estas palabras podían manipularme, era porque lo amaba. Pero ahora, no quería continuar así.

Después de colgar, tomé mi teléfono. Gina había publicado en sus redes sociales después de mi partida. La foto mostraba la mano de un hombre sosteniendo con firmeza una copa. El texto decía: "Algunas personas siempre estarán a tu lado". Después de tantos años con Juan, reconocí de inmediato de quién era esa mano, más sin embargo porque llevaba el anillo de nuestra boda en la mano derecha.

Pensé que ya no me dolería, pero al ver esa publicación mis ojos se rompieron en llanto. El "me gusta" de Juan apareció en la pantalla. También le di "me gusta" y comenté: "Respeto y buenos deseos". El diamante de mi anillo brillaba; después de dudarlo por un momento, me lo quité. Llevarlo tanto tiempo casi se había convertido en su cruel atadura.

Después de tres años, volví a publicar en mis redes: "Ámate siempre a ti misma y permite que todos sean libres". Revisé mi última publicación: era nuestra foto de boda. En ella, yo sonreía feliz, con los ojos fijos en Juan, sin notar la impaciencia en su mirada.

Esa noche, me preparé entusiasta para dormir temprano. Esta vez no le llamé ni le dejé la luz encendida. Cuando recién nos casamos, Juan siempre llegaba tarde por el trabajo en la empresa. Yo le dejaba la cena preparada en la mesa esperando su regreso. Corría atenta a recibirlo apenas abría la puerta, esperando que, como cualquier pareja normal, me acariciara en la frente y elogiara mi cocina.

Pero Juan solo pasaba por mi lado despectivo con el rostro oscuro. Al ver la comida en la mesa, al instante se malhumoro: —¿Qué? ¿Después de aguantar a los clientes tengo que venir a aguantarte a ti en la mesa?

Me quedé como una estatuto por sus palabras. Nunca pensé que usaría la palabra "aguantar" para describir nuestra relación. Aunque me sentía devastada por dentro, mantuve la sonrisa. —Solo quería cenar contigo, pensé que estarías cansado después de trabajar hasta tarde.

—No seas así de presumida.

Esa fue la primera vez que esperé a Juan después de casarnos. Pensé que solo estaba cansado, pero ahora me doy cuenta de que simplemente no me quería. Por eso, incluso cuando solo le dejaba una luz encendida en la sala, él lo consideraba una molestia.

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP