Capítulo 20
Jonathan parecía haber recordado algo también, y su nuez de Adán se movió.
Después de un rato, finalmente explicó: –«Alicia y yo no somos lo que crees. Nuestras dos familias han sido amigas durante generaciones, así que algunas cosas son inevitables. Sé dónde está el límite...».
–«No tienes que dar explicaciones», lo interrumpí. –«Si te sientes culpable por no haberme salvado cuando me caí a la piscina, y por eso no quieres divorciarte y quieres compensarme... Eso no es necesario».
Negando con la cabeza, continué: –«Sería mejor que me dieras una mayor compensación durante el divorcio». ...
Jonathan y yo nos separamos de nuevo en malos términos ese día. Simplemente no podía entender por qué no quería divorciarse de mí.
Era evidente que amaba a Alicia, con la misma claridad con la que yo le disgustaba. Entonces, ¿no sería el divorcio justo lo que esperaba?
No entendía bien sus pensamientos, pero tampoco quería entenderlos más.
Durante los últimos días, había estado bus