Oscar se sintió un poco desanimado. Había estado escondido en el coche todo ese tiempo y ella ni siquiera lo notó.
—Esta mañana te escuché hablando con mamá por teléfono y me puse bastante nervioso, así que me subí al coche.
—Eres un pequeño muy travieso, no vuelvas a hacerlo, esto es muy peligroso.