Julio tecleó en su teléfono: [Entendido].
Natalia, al ver que finalmente dejaba su trabajo, no pudo evitar preguntar: —¿La señora nos envió un mensaje para apresurarnos?¡
Los labios delgados de Julio se abrieron ligeramente, revelando su gran impaciencia: —¡No!
Natalia estaba a punto de preguntar de