Oscar se puso aún más rojo cuando escuchó eso, como una manzana madura. Tosió un par de veces y bajó tímidamente la voz: —Mamá, ya no soy tan pequeño, y la tía Viviana está aquí también.
Con esas palabras, el ambiente que había sido interrumpido por Julio volvió a la normalidad de repente, y todo s