Jolie soltó un gemido ronco al mismo tiempo en que su espalda se arqueaba y se aferraba del cabello de Darius, quien hambriento y sediente, le comía el coño con vehemencia, succionando sus labios, mordisqueando su clítoris y penetrándola con su lengua.
Se sentía cansada y que habían robado toda su energía, pero su cuerpo exigía más y correspondía todos los estímulos que le estaban brindando. Luego de una noche en la que apenas si pudo dormir y no recordaba cuántos orgasmos había alcanzado, nuevamente estaba siendo atacada por un hombre adicto a ella que la comía sin cansarse, deslizando sus manos por su desnudez entre tanto acaparaba su coño y la hacía temblar bajo su poder.
Y es que Darius no había podido contenerse en cuanto despertó a su lado y lo primero que vio fue su desnudes en toda su gloria. Ella dormía con el cabello revuelto, la piel llena de marcas debido a sus besos y el agarre de sus manos y, aunque se dijo que no debía molestarla, no pudo evitar que su miembro despertar