Sharon siente la presión de su pareja sobre su mano indicándole que guardara silencio. Escucha cómo el narrador pregunta al público por el castigo de ambos en especial para el hombre pecador que cayó en la tentación de acostarse con la prometida de su jefe todos comenzaron a gritar cerdos y el narrador aceptó en afirmativa moviendo su cabeza, al principio sharon creyó que se trataba de insultos hacia ellos por lo que hicieron, pero cuando menciona un número el narrador, el sujeto que se encontraba al lado de Sharon se pone de pie y baja. Cuando aparece en el escenario traía en sus manos un cuchillo de cocina enorme, frente al hombre vendado y amarrado que portaba en su rostro una máscara de payaso, comienza a cortar la piel, eran heridas enormes que lo hicieron sangrar demasiado, al abandonar el escenario le da un vistazo a la compañera del hombre y se da cuenta que tenía hecho puño sus manos hoy como si no quisiera estar presenciando la obra.

Al poco tiempo llamaron a cuatro personas