Después de un discurso del capitán de dos horas, todavía sin entender para que me hizo venir, voy a visitar a Jake para conversar un poco con él, se ganó a pulso mu agradecimiento y mi amistad en estos momentos de congoja se conoce a los amigos; así que me dirijo a su oficina, entro sin tocar la puerta y me encuentro con una escena que no hubiera querido nunca ver.
Me doy cuenta que Darla y yo no éramos los únicos que nos echábamos un buen polvo en la oficina, puesto que Jake y Judy están aprovechando su descanso, miran a la puerta más que sorprendidos que nunca, diría yo que hasta avergonzados.
-¡Ricardo, aprende a tocar! - grita Jake tratando de tapar la situación, lo único que logro hacer es sonreír, dar vuelta pero antes de cerrar la puerta...
-¡Cierren la puerta, descuidados! - y me voy mientras me carcageo dirigiendome al parqueo