Desde los Ojos Miel (libro 4) Saga Desierto de Rosas
Desde los Ojos Miel (libro 4) Saga Desierto de Rosas
Por: S.PamelaT.Beltrán
Cada Día Cuenta

AVISO IMPORTANTE: ANTES DE LEER ESTE LIBRO, QUE ES EL ÚLTIMO DE LA SAGA, DEBES LEER LOS TRES ANTERIORES, DESIERTO DE ROSAS, OLOR A ROSAS Y JAZMÍN Y TE PERTENEZCO GRACIAS

Suena el reloj despertador, abro los ojos, otro día que cuenta en mi vida, estoy un poco cansado, se supone que es mi día libre y me despiertan a las siete y treinta de la mañana, después de una noche agitada, me desperezó int ntakdo soltar mis músculos.

¡Demonios!, tendré que hacer algo ya que me desperté, la noche fue larga al irme al departamento de Melody y de una buena sesión de sexo me vine para mi casa con ganas de dormir y la molestosa tía Raquel, hermana de mi madre se le ocurrió tenerme horas al teléfono, pude dormir recién a las cuatro de la mañana, ¡maldito despertador, me olvidé apagarlo cuando me metí en cama para que no me despierte!

El ritual de todos los días empieza, tomo las malditas pastillas como si fueran dulces, ya estoy acostumbrado pero como molesta seguir en este círculo vicioso.

Me visto, iré al gimnasio de la jefatura levantaré pesas por un rato.

Llego a las ocho de la mañana y me dedico a dar unos buenos golpes al saco de arena y después comienzo a levantar pesas.

Una hora después me dirijo a los vestidores y me cambio de ropa, en eso suena mi teléfono es Jake.

- ¿Que dices Jake?

- Hermano, necesitó tu ayuda, no encuentro el expediente del secuestro y tengo que ir mas tarde al juzgado con el capitán, me mata si no lo llevo, debemos meter a ese idiota a la cárcel - comenta preocupado.

- Agradece que estoy acá en la jefatura, idiotin, allá voy.

Hay Jake, como siempre el desordenado deja las cosas por todo lado y lo hace para no entrar al archivo eso hace que su oficina sea un desastre, iré a darle una mano.

Salgo del gym y me dirijo al despacho de mi amigo.

- Acá me tienes, ¿que demonios? - pregunto ni bien entrando, su escritorio esta un desastre- Jake, arregla por lo menos un poco, no encontraremos nada en este muladar.

- Lo sé, es que por buscar el maldito expediente , desórdene todo - responde nervioso mientras levanta los papeles uno por uno.

- Bueno, mueve tu trasero y arregla las cosas, ¿no puedes usar el archivo?

-Necesito los expedientes.

-No todos - levanto uno y comienzo a revisar - esto ya debería estar archivado.

- ¿Me viniste ayudar, o que?

- Ok, busca el expediente yo te ayudo apilando lo que no necesitas.

Comenzamos a revisar uno por uno los expedientes y clasificarlos.

- ¡Acá, lo encontré! - exclama Jake, celebrando eufórico, mostrándome en su mano el expediente, en eso Judy toca la puerta, mientras sigo leyendo un expediente y burlándome de mi amigo que sigue ahogado en papeles.

Jake grita que entre y Judy entra con una nueva compañera, no le tomo mucha atención hasta que Jake la saluda, por ende yo también tengo que saludar, la miro y todo cambia, esos ojos pardos y esa piel blanca que en estos momentos esta sonrojada me hace sentir esa sensación que tanto me gusta, quiero que sea mía y meterme en medio de sus piernas.

Le doy la mano, esa electricidad me gusta, se que ella también la siente.

El capitán grita por Jake y Judy, perfecto, me quedaré solo con ella, intento verme lo mas tranquilo posible y sigo revisando expedientes de la pila enorme del escritorio.

Ella esta sentada en una silla, sigue con ese color manzana que tanto me gusta y decido atacar, me acerco a ella.

-Tu nombre es Darla ¿verdad?

-Si...

Muy lindo nombre para una mujer con esos hermosos ojos pardos.

La convenzo de que me acompañe para mostrarle la jefatura, la tomo de la mano y esa electricidad sigue entre su mano y la mía, me encanta.

Llegamos al archivo, le muestro nuestra zona de castigo, en eso ella cae a mis brazos, ¡perfecto! como si la providencia quisiera que la bese y lo hago; le buscó la lengua y la aprisionó a mi cuerpo para que sienta como me tiene, estoy excitado y me vale muy poco si nos pescan o no, quiero estar dentro de ella con urgencia bajo mi mano a su trasero en eso ella me empuja y escapa de mis brazos.

¡Demonios! me dejó como un estúpido parado en la escalera, pero esa boquita la tengo que volver a besar aunque se escape de mi. Caerá, yo sé.

Desde muy joven me di cuenta que soy bastante agradable para el sexo opuesto y me agrada este juego del gato y el ratón.

En la semana la veo muy poco, ¿es mi imaginación o me esta evitando?, necesito hablar con ella, no soy un loco psicópata, ¡demonios! nunca debí besarla pero tenía ganas y lo hice que mas da, yo soy así, siempre lo fui, para mí cada día cuenta y sí quería besarla pues lo hice y me gustó.

Leí todo su expediente, sé que sus padres viven en Buffalo, que tiene tres hermanas y lo mejor de todo, no es casada, se que me puede romper el culo si no hago las cosas bien puesto que es cinta negra en karate y en defensa personal, además de tener buena puntería con una automática.

Estoy con el temperamento de siempre, soy muy volátil y este jueguito de "escapate de Ricardo" me esta cabreando, necesitó sexo, muy bien, para eso la tengo a Melody.

Voy a su departamento, Melody es linda, tiene un cuerpo espectacular pero de sentimientos hay que aceptarlo, es una arpía, por eso solo sirve para un momento, no me agrada la persona que es, no la llamaría novia ni nada parecido. Además decidí dejar esas relaciones para gente sana, yo prefiero un arrebató sexual sin compromiso a enredarme con alguien y hacerla sufrir.

Las únicas relaciones serías que tuve fueron primero con mi media hermana en Israel y con la madre de mi hijo Jacob, con mi hermana duró unos dos años y con Esther hasta que se embarazó y sus padres nos separaron con eso fue suficiente para una relación, aunque nunca les fui fiel y me metí con la mitad del colegio de señoritas, me agradaba terminar el día echando un buen polvo con mi hermana en mi cuarto, fui el primero en ambos casos cuestión de adolescentes, después me fui y todo acabo.

Llego a casa de Melody, ella me recibe como siempre intentando enrrollarme en sus rollitos de enamorados, yo voy al punto, tengo ganas de sexo y a eso vine.

Después de conseguir lo que quería me levanto, me ducho y me voy a casa, esto es incómodo no pude sacarme a esa nena de la cabeza, Darla, me esta enloqueciendo, tengo que volver a besar a esa mujer, ningún polvo ayuda a borrarmela de la cabeza, eso es seguro.

Al día siguiente, me desperezó me levanto como un resorte y me alisto para salir, mi ritual de todos los dias, desayuno, pastillas y salida a las ocho de la mañana en mi automóvil.

Llego a la Jefatura.

-Buenos días, bro.

- Hola Jake, ¿cómo estas? -veo a Darla caminar hacia su despacho.

- Oye bro, ni lo pienses, ni en un millón de años.

-¿A que te refieres?

-Darla...

-...Para nada bro, voy a mi oficina- si Jake se dio cuenta de mi mirada quiere decir que soy muy obvio.

Saco un expediente que tengo que revisar, el teléfono suena.

- Ricardo a mi oficina, ¡ahora!

- Sí, capitán.

Un caso, lo que necesitaba, entro a la sala de juntas todavía no llega nadie, tomo asiento y entra Jake trás de él, el Capitán y al final Judy y Darla, mis ojos se posan instantáneamente en ella, sexy, el muchacho salta del pantalón, necesito tenerla, me esta volviendo loco.

El capitán nos explica el caso, leo el expediente descuidadamente, tengo mis ojos en ella, hasta que el capi nos da nuestros grupos, perfecto trabajaré con Darla, de esta no se me escapa.

La tomo del brazo y la aparto del bullicio rápidamente.

-Esto no esta bien...

¡Que demonios! esta chica es muy inocente o muy crédula, a mi me vale m****a las reglas, yo hago lo que me da la gana, para mi cada día cuenta y quiero que ella este en mi cama, aquí no es amor es deseo incontrolable y tengo que saciar esta sed que tengo por ella.

La llevo a su casa pero como no puedo hacer nada que ella no quiere, pues ni modo, prometo recogerla a las 2:30 de la mañana y me voy.

Llego a mi casa a descansar y no lo puedo hacer necesito dormir para estar descansado para esta noche pero no puedo, pongo el CD de los Guns Roses me enciendo un cigarro y me tomo un whisky, esa mujer me tiene enloquecido me molesta su hostilidad y lo que está escapando de mi, esta noche tengo que demostrarle que no soy un loco, me importa más que otras mujeres, Ricardo tu lo único que quieres es follartela, no te enamores...

.. ¡Que me voy a a enamorar, es ridículo!

Leo un poco, agarró un libro de Shakespeare me trató de hundir en Hamlet pero se me cruza ella, ¡demonios! doy vueltas en el living la música sigue sonando, fumo un tercer cigarro y un segundo Whisky tengo que parar, esta noche tengo que estar toda la noche despierto y con estas cosas no puedo exagerar, mi médico me mata si sabe lo que estoy haciendo, así que decido acostarme en el sofá y dormir un poco.

Despierto exactamente a la una y media, me levanto me mudo de ropa una polera blanca, una chamarra negra de cuero y un jeans suficiente, salgo con dirección a la casa de Darla.

Llego, toco la bocina y ella sale enfundada en unos pantalones negros apretados y una camisa celeste con una chamarra guinda, casi me desmayo por la hermosa visión, el muchacho vuelve a saltar de mi pantalón, me contengo, debo hacerlo.

Intento romper el hielo haciendo un chiste o dos y consigo hostilidad de su parte, esto será difícil pero no imposible.

Mientras manejo, ella se duerme en el asiento del copiloto, la miro de reojo, es muy bonita y muy sexy me atrae estar con ella, ladeo mi cabeza y sigo viendo las calles vacías de la ciudad intentando concentrarme en mi trabajo.

Llegamos, no veo el auto de Jake así que decido llamarlo.

- ¿Como es, bro, donde están?

- Estámos atrás de la fabrica, bro tenemos buena visibilidad y nadie nos vio.

-Ok, hermano ya estamos acá.

Llegamos atrás de la fabrica y me acerco a Darla, empiezo a acariciar su cara, su cuello, meto mi nariz en su cabello y me embriagó de su olor sensual, le digo en el oído que llegamos y se despierta un poco asustada por lo que puedo notar.

Salimos del auto mientras la tomo de la mano, necesito el contacto de su piel, ella se lame los labios deliciosamente, me excito solo con eso, quisiera ponerla encima del capo del auto y penetrarla desesperadamente, pero me contengo, le pido que lo vuelva a hacer pero ella se niega y enciende un cigarro, me ofrece otro mientras entramos al auto, se nota que intenta cambiar el tema.

Nos quedamos solos, ella saca las fotos de los mafiosos y del embarque, perfecto, espero que esta vez atrapemos al maldito narcotraficante.

Ella guarda la cámara una media hora después y empezamos a charlar de un poco de nuestras vidas las preguntas llegan a un punto que no deseo responder "ohh pequeña, no diré nada más. Es suficiente de las preguntas que no voy a responder" se molesta con mi negativa, pero ella puso los limites, además no tengo ganas de estar contando mi vida, llegaré al punto de hablar de mi m*****a enfermedad y no lo haré, son pocas personas que saben de esta m*****a dolencia y prefiero que se quede así, suficiente es que sepa que soy Alemán y que mis padres adoptivos viven en Israel con mi numerosa familia.

Otra vez se molesta conmigo, ¡que hostilidad mujer! Después, nos limitamos a vigilar, a las doce horas llega Jake y Judy, 'hora de rotar" llevó a Darla a un restaurante para comer algo.

Mientras comemos algo intentamos charlar pero siempre terminamos peleando o con hostilidades entre nosotros, es imposible.

La llevo a su casa cuando está por irse, no aguantó más, la jalo y la beso pero ella se escapa y sale como alma que lleva el diablo de mi auto, escondiéndose trás de la puerta en un santiamén.

¡Que demonios! Estoy furioso, arranco el auto molesto, llego a casa tomo las malditas pastillas y decido cambiarme de ropa, ponerme el deportivo y salir a correr hasta quedar sin aliento.

Llego a mi casa unas horas después " Ricardo, eso no esta bien estas exagerando" me repito y lo sé, he llegado con el puto corazón latiendo a mil por hora tengo que tomar las pastillas contra la taquicardia, me desparramo en el sofá, cuando mi respiración se regulariza las pastillas me hacen descansar.

A las siete y media escucho el teléfono.

-Hermano vengan ya, el equipo SWAT esta ya tomando posición.

-Ok, bro, recojo a Darla y nos vemos allá.

Tomo una ducha rápida me visto para la redada, mi camisa blanca, un pantalón negro y el chaleco antibalas keblar, preparo mi automática y me cuelgo la placa en el cuello.

Salgo con dirección a casa de Darla, otra vez la mujer se ve despampanante, ¡abajo muchacho, hay que trabajar!

Intento romper el hielo ni bien entramos al auto, ella se sonroja, me encanta verla así, demuestra que no estoy pasando desapercibido, eso está muy bien.

Llegamos a la escena el equipo SWAT esta ya preparado en sus posiciones, doy las ordenes pertinentes para que nos movamos en la redada.

Miro a Darla se la nota asustada es la primera vez que esta en esto, la agarro la mano y la tranquilizo se que mi contacto le agrada por la electricidad que nos pasa.

La adrenalina corre por mi cuerpo me encanta esta sensación, desde muy joven me gustó tener la adrenalina a mil, total la batalla la perdí desde que nací y si me moría en los varios intentos de audacia, por lo menos lo gocé.

Entramos a la fabrica, tengo cubierta a Darla es lo que me importa, le prometí cubrirla para tranquilizarla y lo haré . Lluvia de balas de los dos bandos pero al final los sobrepasamos con nuestro equipo SWAT.

El maldito mafioso se ríe de nosotros, al abrir las cajas solo veo esculturas de estuco, este desgraciado sabe que esta no es la primera vez que lo arrestamos y jamas lo podemos inculpar por sus embarcos de droga, pero Darla exclama:

-Espera Ricardo ¿y si esto no es estuco? - levantando el polvo de estuco de las esculturas.

A Darla se le ocurre algo que no esta tan descabellado, las esculturas pueden ser hechas con una mezcla de cocaína y estuco, perfecto, voy a revisar, Jake me pasa el químico, después de un momento hago la prueba y ... ¡BINGO! cocaína, los tenemos.

Los llevamos a la jefatura llevo a Judy y Jake a su casa y después a Darla.

Nos despedimos, pero esa electricidad no permite que se mueva ni medio milímetro de mi lado, no aguantó más, la atraigo hacia mi con fuerza asegurándome de que esta vez no se escape, la beso metiendo mi lengua lo más que puedo, ella acepta mis labios, deseoso sigo besando su boca hasta que ella me pregunta.

-¿Quieres entrar? -susurra mientras me sigue besando.

Yo acepto, por fin recibiré por lo que tanto insistí, sexo, sigo besando la boca de esta mujer que me enloquece, mientras ella busca las m*****as llaves , ya no aguanto más, la tengo apretada contra mi cuerpo, su trasero esta pegado a mi erección que esta creciendo, me urge que este con las piernas abiertas y ella no encuentra la m*****a llave.

Por fin abre la puerta, le doy la vuelta y la comienzo a desnudar desesperadamente cae en el sofá del living, mientras seguimos besándonos desenfrenadamente pero pasa unos momentos y me para en seco empujándome.

-¡Esto no puede pasar!- exclama asustada.

Me pone furioso salgo echando chispas de la casa ¿y que demonios hago con mi m*****a erección que esta mas dura que una piedra?, ¡joder!

Tomo el volante , agarro carretera, llegando a casa de Melody, lo más pronto que puedo. Entro y la follo como un idiota pensando en la loca de Darla que me dejó en esta situación, ¡mierda!.

Termino tomo una ducha y salgo del departamento con menos placer que con más, demonios, hubiera sido una buena noche si esa safada me hubiera dejado estar dentro de ella.

A la mañana siguiente y casi sin dormir me levanto, me ducho, hago el maldito ritual y salgo a la jefatura .

Sigo furioso con Darla, safada, loca, estoy muy explosivo y reventaré si la encuentro.

Llego a la jefatura, Judy está haciendo papeles de la redada y me encuentro con ella.

- Hola Ricardo, ¿como estas?

-Furioso, no quiero hablar Jud nos vemos mas tarde - respondo cortante y me voy.

Entró al despacho, todavía frustrado, me recuerdo la escena de anoche y me da rabia el rechazo de esa loca, ¡mierda! ¡nunca nadie me rechazo!

Me pongo a trabajar a desgano. Tengo papeles que llenar por los arrestos de anoche, me encierro hasta medio día, almuerzo algo ligero y me voy al gym tengo que liberar tensión.

Casi rompo la bolsa de arena con la rabia que tengo pero me ayuda a desestresarme, vuelvo al despacho más tranquilo. No me cruce con Darla, mejor así, que no tengo ganas de verla.

Llega la noche y voy al parqueo quiero entrar en mi auto, pero deseo por lo menos ver esos ojos pardos una vez, saco un cigarro y me quedo parado fumando, ella sale, al comienzo no me ve pero al levantar la vista se cruza con mi mirada después se sonroja, por un momento pienso hablar pero después la rabia me carcome y decido irme lo mas rápido que puedo.

Son dos semanas que estoy trabajando, escapando de la safada de Darla, no quiero hablar con ella lo peor que pueden hacer a un hombre es dejarlo en esa situación y ella lo hizo conmigo, demonios, cada vez que lo pienso me da rabia, he tratado de estar lo mas alejado de ella lo más que puedo, pero tu mente es otra cosa, ¿no? M****a es verdad no me pude sacar de la m*****a cabeza a esa mujer.

Desde mi escritorio escucho los gritos del capitán llamándome y también el nombre de Darla.

Caso con Darla, ni modo, gajes del oficio. La veo entrando, ella baja la mirada yo solo le hago una mueca de sonrísa mientras entramos.

El capitán nos pone de pareja para un caso en un tabledance, ella de bailarina y yo de cliente.

Un asesino de bailarinas está suelto y el capitán la manda como carne de cañón, tengo que protegerla, ¡joder!

Comenzaremos mañana, me molesta que la usen de carnada.

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