Renato se quedó atónito al darse cuenta de que era el hombre al que anteriormente había echado Yelena. No pudo evitar reírse y dijo con una gran sonrisa maliciosa: —¡Oye, amigo! ¿Cómo es que eres tú otra vez? ¿Te has vuelto adicto a ser verdadero un perro faldero? Lamentablemente, ¡pronto verás a tu diosa siendo pisoteada por mis fans! ¡Ante mis ojos, ella es solo una mascota que se puede jugar en cualquier momento y lugar!

Lorenzo sonrió irónicamente y le preguntó: —Entonces, ¿fuiste tú quien hizo todo esto? ¿Por qué lo haces?

Fue a buscar un conductor designado y, al regresar, se encontró con que Yelena estaba involucrada en este incidente. Después de echar un ligero vistazo a su alrededor, notó a Renato comportándose de manera algo sospechosa.

—¡Jaja! No tienes pruebas, ¡así que no deberías hablar sin fundamento! —dijo Renato negando instintivamente, pero luego se rio súbitamente.

—¡Espera un momento! ¿Qué tengo que ocultarte a ti? ¿Qué puedes hacer siendo un inútil? Sí, ¡fui yo qu