TESSA
Este auto era un sueño, parecía que volaba, era tan fácil de conducir, tenia un aroma a nuevo, y estaba sospechando seriamente que no era de la compañía.
Volvi a su casa con los niños, y para mi sorpresa, él ya estaba ahí.
Me crucé de brazos, esperando que dijera algo.
- Ya no me necesita aquí, ¿verdad?
-No, pedí comida, pero puede quedarse si quiere.
- Lo dejaré con los niños, ¿mañana a la misma hora?
- Creo que disfruta mucho el llevar y traer a mis hijos, asi que quiero que sepa que realmente no era necesario, solo lo hice para molestarla.
- Lo sospechaba, no me crea tan ingenua.
Me sonrió, la verdad es que se veia bien cuando lo hacía, lo cual pasaba muy pocas veces.
- ¿Puedo pedirle un favor?
- Claro, señor.
- Ya no se ponga faldas como la de hoy, ¿puede hacerlo?
- Deme una buena razón - dije arqueando una ceja.
Me miró con la mandibula apretada.
- Me distrae.
Sentí un intenso calor subiendo por mis mejillas, porque eso me tomó por sorpresa.
- Haré lo que pued