Desbordante Sensualidad
Desbordante Sensualidad
Por: RubyBaby
Capítulo 1
El masajista de lactancia, un hombre, tenía un toque tan perfecto, que me dejó dejándome caliente y débil en el sofá. Comment by Ailín Calire: Mínimas modificaciones necesarias.

—Señora, es muy sensible…

Sentí su aliento cálido en mi oído, y mi cuerpo tembló…

Me llamo Milena Sánchez, y hace poco tuve una niña. Todos me felicitaban, pero solo yo conocía mi sufrimiento. Tenía los pechos congestionados y la leche no fluía. Cada vez que mi hija amamantaba, temblaba me hacía temblar de dolor. A veces, incluso sangraba. Comment by Ailín Calire: Mínimas modificaciones para un tono más directo.

Cuando mi mejor amiga se enteróMi mejor amiga, al enterarse, me recomendó a un especialista en lactancia. Me contó dijo que ella misma había pasado por lo mismo y que él la había ayudado muchísimosolucionado un problema similar con él, y que era excelente. Me pasó su contacto, y, de inmediato, concerté una cita a domicilio. La verdad, la congestión mamaria era insoportable. Sentía que la leche estaba atorada, la presión La leche no salía, la sensación de obstrucción era horrible, y hasta el más mínimo roce me dolía. Incluso vestirme era una tortura.

Dos días después, llegó el momento. Había programado la cita a las tres de la tarde, y el timbre sonó puntualmentepuntual. Al abrir la puerta, me sorprendí al descubrir que el especialista era un hombre. Era mucho más joven de lo que imaginaba. Tendría unos treinta años, con un rostro amable y atractivo, vestido con ropa de lino blanca. ; mucho más joven de lo que imaginaba.

Por un momento, Ddudé. ¿Un hombre tan joven?… ¿De verdad era tan sería realmente bueno? Además, se trataba de una zona muy íntima, y que un hombre desconocido me hiciera un masaje de lactancia… no sonaba bien.

Pareció notar mi incomodidad, ya que y, con suavidad, dijo: Comment by Ailín Calire: Separar.

—Señora, no se preocupe. Soy un profesional. Me formé, aprendí este oficio con mi maestro durante más de veinte años. Le garantizo que solucionaré el problemapodré ayudarla. —Hizo una pausa breve antes de añadir—: Si tiene dudas, lo entenderemos. Solo que el depósito no es reembolsable. Le pedimos disculpas por eso.

—Si tiene alguna duda, la entendemos, pero el depósito no es reembolsable. Le pedimos disculpas por eso.

Tras sus palabras, respiré hondo y lo dejé entrar. Las visitas a domicilio de un especialistas en lactancia no son baratas, ni siquiera el depósito era una cantidad insignificantepoca cosa. Si no fuera por el insoportable dolor de la congestión, y por después de haber probado con varios especialistas sin éxito, nunca habría considerado contratarlo. Además, Mmi amiga lo había elogiado muchísimo, recomendándomelo con seguridad…. Si hubiera habido algún problemapasado algo malo, no me lo habría recomendado tan encarecidamentesugerido con tanto entusiasmo. Comment by Ailín Calire: Mínimas modificaciones para un tono más directo.

Pensando en esto, me relajé. Había notado que desde que tuve había nacido a mi hija, me preocupaba demasiado por todo. No me extrañaba que mi marido dijera que últimamente me había vuelto muy quejica.

El hombre se llamaba Carlos Urquiza, quien, . Aal entrar, cambió las zapatillas con mucha naturalidad, antes de girarse hacia mí, preguntándome. Luego, se giró hacia mí:

—Señora, ¿dónde prefiere…?

No terminó la frase, pero entendí perfectamente. Y, Aaunque ya me había convencido de confiar en él, en ese momento, no pude evitar sentir algo de miedo. Mi marido aún no había vuelto del trabajo; por lo que solo estaba yo sola con la niña, que dormía en su habitación. Dudé entre el dormitorio y la sala, pero finalmente opté por la salala última. Aunque Carlos no parecía un hombre malo, no me arriesgaríapensaba correr riesgos. Si hacía algo inapropiado en la sala, al menos me daría tiempo de podría salir corriendo a pedir ayuda. Comment by Ailín Calire: Mínimas modificaciones para un tono más directo.

Carlos simplemente asintió, sin mostrar ninguna expresión. Acto seguido, Ccolocó una almohadilla estéril desechable en el sofá y se lavó las manos cuidadosamentecon cuidado.

—Señora, por favor, recuéstese —dijo un momento después con tono profesional.

Inhalé profundamente, intentando relajarme, me quité los zapatos y me recosté lentamente boca arriba sobre la almohadilla. Comment by Ailín Calire: Agregar.
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