–Vamos a comer –murmuró al separarse.
Fuimos a la mesa donde se encontraba Jessia y su esposo.
–Felicidades Sean por el embarazo –sonrió Jessia –. Espero que tengan un varón, como nosotros con nuestro primer hijo.
Ella miró a su esposo con orgullo, yo solo esperaba a que viniera sano, no me importaba lo que fuera, pero me limité a sonreír.
–Yo solo espero que esté saludable y sea feliz –respondió Sean.
Lo miré sorprendida nunca había contestado de esa manera, siempre le daba la razón a todos.
–Por supuesto –masculló Jessia –. Es lo importante.
Después de la comida, Sean mencionó que teníamos planes y pidió disculpas por retirarnos, admito que agradecí que hiciera eso, no sé cuánto tiempo hubiera aguantado a Jessia con sus consejos.
–Gracias por sacarme de ahí –mencioné en el auto.
–También fue por mí, no aguantaba a Jessia.
–Yo tampoco –sonreí.
–Li crimi hidritinti is impirtinti –se burló Sean y yo solté una carcajada por su intento de imitación de Jessia.
–Y qué tal el… coloca un