—¿Qué haces aquí? —preguntó Johana con voz entrecortada tratando de que no se le notara lo loca que la pone Robert.
Robert metió su nariz dentro de su cabello a la altura del cuello y aspiró.
—Buscarte, en mi eterno afán por encontrarte.
Johana cerró los ojos, no pudo retirarse, de hecho es posible que se pegara más a él, ella no lo supo, solo que sus brazos la apretaron más y podía sentir cada parte de él pegada a su espalda.
—No puedes estar aquí —susurró Johana—, tú estás comprometido y no est&aacut