Mientras que Robert se coló en la fiesta, Susana fingía estar desmayada, cuando ella pensó que ya era suficiente como para que alguien dentro de la fiesta lo echara y que ya no ocurriría, se levantó y se disponía a irse a su habitación, agradeciendo a los caballeros de seguridad y garantizandoles que estaba bien, ellos con suspicacia vieron dentro de la recepción y todo estaba normal, ambos se miraron y prefirieron dejar todo así y que la hermosa chica un tanto pasada de copas se fuera antes de hacer otro escándalo.
Susana con muchas ganas de reír dio la vuelta y vio de frente a Alejandro De las Casas, ella lo conocía, pero no eran amigos, a ella no le agradaba la manera de hacer negocios de Alejandro y no dudaba en hacercelo saber.