VISITAS INDESEABLES

APOLO

Después de lo ocurrido a la muchacha todo pareció volver a la normalidad, al menos por un par de días. Hay un dicho que dice claramente que la calma que antecede al huracán suele ser la más peligrosa y daba fe de ello.

Todo se mantuvo en silencio por el bien del club y acabó todo de pésimo modo cuando la policía llegó nuevamente al club con malas intenciones pidiendo hasta revisar las instalaciones.

-¿Que se les ofrece oficiales?- Les pregunté fastidiado, había veces que podían ser una verdadera molestia que ocasionara increíbles pérdidas

-Encontraron a una muchacha en el callejón que está a pocos metros- Respondió el más joven y menos amigable

-No comprendo oficial, ¿Quieren saber si la ví o si ví algo sospechoso aquí? No sé que es lo que necesitan- No quería tener un coche policial frente al club por mucho tiempo y debía apresurar su indeseable visita lo más que pudiera porque una visita así demostraba que se avecinaban pérdidas económicas que no me podía permitir en estos momentos

-Necesitamos saber si ella estuvo aquí o no- Me mostró la fotografía de una muchacha muy guapa pero no recordaba haberla visto

-No me resulta familiar y aquí todos vienen manteniendo su identidad en secreto, será muy difícil poder asegurar si asistió o no a este lugar- Ellos se miraron uno al otro de un modo que no me gustó para nada

-¿Podríamos hablar con sus empleados del viernes y también del sábado?- Le di sus nombres y números telefónicos, además de su dirección para que pudieran investigar

-¿Se les ofrece algo más? ¿Tal vez un tour por las habitaciones para satisfacer su curiosidad?- Les pregunté sin poder disimular mi fastidio

-Recuerde mis palabras, muy pronto este lugar para pervertidos y abusadores será clausurado- Me advirtió uno de ellos y se levantaron para marcharse dejándome molesto

Ser un maldito objetivo de policías incompetentes no me gustaba para nada. ¿No somos todos inocentes hasta que se demuestre lo contrario? Jamás este lugar dió problemas ni tuvo que lidiar con abusos, violaciones, asesinatos ni siquiera un simple robo, ¡Por amor de Dios! ¿No podían joder a nadie más?

-¿Algún problema Apolo?- Una nueva empleada de piel canela entró moviendo sus caderas a mi oficina cuando los oficiales de policía se marcharon

-Estoy estresado Lauren, es todo- La miré con intensidad

-¿Puedo hacer algo por usted? El estrés es malo, solo dígame cómo puedo ayudar a que usted se relaje y yo obedeceré de inmediato jefe, todo sea por su salud

Este juego de seducción ya me lo conocía de sobra. Lauren era muy guapa, alta con buenas curvas, senos pequeños pero un trasero increíble que todos hemos mirado más tiempo del que es debido.

-El estrés se me va con una mujer, fuerte, duro, salvaje y en uno de los cuartos- fui directo, no estaba para niñerias ni jueguitos del gato y el ratón, ya había pasado por esa edad y aquí todos éramos adultos que sabíamos bien lo que queríamos.

Con los años me sedujo más una mujer que me hablara directamente y me dijera lo que quería sin tapujos. No me gustaba adivinar, mucho menos jugar al enamorado para llevar a una mujer a la cama por una hora de placer o tal vez más, dependiendo de la mujer y de su resistencia.

-Es mi día de suerte entonces, yo necesito un amo que me enseñe disciplina con mano dura, ¿Vamos o tengo que rogar por su atención señor?- Me puse de pie y la besé con rudeza para después dirigirla a uno de los cuartos y desnudarla con rapidez

-Esto será rápido y fuerte, di rojo si crees que llegas a tu límite- le di un latigazo en ese trasero que se ve mucho mejor desnudo, la ropa no le hace justicia suficiente

Ver su piel oscura que no se marca con facilidad me volvía loco, creo que su color acabará siendo mi favorito. Sus pechos coronados con picos cafés se veían por demás atractivos, únicos. Ella era una mujer de verdad, ruda a quien le gustaba lo fuerte y podría aguantarlo.

La mayoría de las mujeres con las cuales había estado tenían la piel clara y su resistencia era menor, hasta después se quejaban porque les ardía la piel o se marcaban por algunos días. En cambio una morena es muy diferente.

Me desvesti y tomé uno de los juguetes para introducirlo en su parte más pequeña y que vaya dilatando aquella zona mientras que yo me daba gusto bien fuerte en la zona libre haciendo que ella gritara y se retorciera de placer debajo de mi.

Mi mano enredada en su cabello y ella acostada sobre su vientre en el banco de sumisión mientras con mi otra mano impactada con fuerza en su glúteo era la m*****a gloria.

Liberar el estrés con esta piel morena era lo mejor y además era la primera vez que estábamos juntos con grandes resultados satisfactorios, trabajar aquí era un placer si se tenía una empleada tan dispuesta a interpretar el papel de ardiente sumisa.

Quitando el juguete y usando la debida cantidad de gel comencé a adueñarme de su estrechez.

-Rojo- me dijo Lauren y me detuve de inmediato, no estaba siendo rudo pero ella estaba muy tensa de repente

-¿Sientes dolor?-Pregunté por demás preocupado

-No, es decir un poco. Estoy un poco nerviosa porque nunca entregué esto antes- Aquello me tomó de sorpresa, jamás lo hubiese sospechado

-¿Quieres hacerlo así o me detengo?- Pregunté para estar seguro

-Quiero experimentar esto y se que me tratarás bien- Afirmo con seguridad y yo prosegui sintiendome afortunado, no siempre se inicia a una mujer de ese modo y menos de ese modo tan rico

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