Nunca antes te había visto así.
— ¿ Así cómo?
— No sé cómo explicarlo. Pareces una mujer diferente.
— Soy la misma —. Se acercó para besarlo.
—No. Está versión de ti me gusta más.
— Tal vez es que te he extrañado demasiado.
— ¿ Será?
— Creo que sí. Cuando no supe más de ti me di cuenta de lo horrible que sería perderte. Luego, con el paso de los días, no solo mi mente y ni alma te extrañaban. Mi cuerpo ansiaba tus manos, tus labios, tu aliento.
Zafiro abrió la boca, dejando escapar un suspiro directo a sus labios carnosos.
Eduard giró entre las sábanas de los envolvían, sornió victorioso alzándose encima de ella, ufano en su fuerza superior.
— Pensé q tu padre… — Murmuró Zafiro con timidez.
— Nadie podrá separarme de ti. Nadie —. Contestó él poniendo el dedo índice sobre su boca para hacerla callar.
— ¿ Cita? — Lorenzo preguntaba confundido al teléfono. La arruga horizontal en su frente se hacía más profunda a medida que escuchaba la respuesta de la voz del otro lado.
— Me