María José muy sorprendida le preguntó: - ¿Qué dijo el médico?
- Está mucho mejor y pronto le darán el alta. También me gustaría hablar con usted.
- Por supuesto, vamos a la cafetería que está cerca.
Ambas caminaron hasta el final del pasillo y subieron al ascensor para ir al primer nivel. En el trayecto se percibió una incómodidad al no saber cuáles temas tocar. Al llegar se sentaron en una mesa a la orilla de la ventana.
- Dime Elizabeth ¿De qué deseas hablar? María José rompió el silencio
- Sra. quiero hablarle de mi situación, su opinión influirá en decisiones próximas. No pertenezco a una familia acaudalada o poderosa.
- Te agradezco que compartas esta información conmigo, pero no intervengo en las relaciones románticas de mis hijos.
- Juan Pablo me privó de mi propia libertad, me ha agredido física, sexual y mentalmente. Me enamoré genuinamente de él, tuvimos una breve relación y la consecuencia fue un embarazo. Un par de lágrimas rodaron por sus mejillas.
- ¿Estás embarazada