Gabriel y Elizabeth llegaron a la Hacienda, fueron recibidos por el capataz para que ellos pudieran entrar a la casa mientras él estacionaba el Pick Up.
-Adelante, estás en tu casa, dijo Gabriel con amabilidad
-¿Puedo tomar el teléfono?
-Sí adelante, puedes hacer tu llamada, te daré espacio.
Gabriel la dejó sola para que ella pudiera hablar con libertad, él se fue a su despacho a revisar unos documentos.
Elizabeth hizo dos llamadas a Roberto y él no contestaba, muy nerviosa hizo su último intento.
-Sí, diga. Contestó agitado
-¿Rob?
-Sí, ¿Quién habla? dijo exasperado por la interrupción
-Soy Elizabeth, ayúdame. Me tienen secuestrada y necesito que me ayudes. Elizabeth no había terminado de hablar y escuchó una voz femenina diciendo: -Amor, cuelga, dile que estás ocupado.
-¿Quién habló Roberto?
-Eli, escucha... – Dijo el hombre frotando su frente.
Aída Jiménez le arrebató el celular y sin medirse le dijo: -Querida deja de llamarlo, somos pareja desde hace dos años, justo estamos haci