A punto estuve de soltar un grito aterrado si no fuese porque aquella persona idéntica a mí se levantó rápidamente y puso su mano en mi boca. Todo en ella era idéntico a la Luna que he estado viendo en el espejo cada vez que me arreglo. Un escalofrío me recorrió entera.
¿Qué es lo que estaba pasando?
-Princesa ¡Volviste!
-Esa voz… ¡¿Sigurd?!- pude al fin articular cuando soltó mi boca.
Asintiendo, aquella persona idéntica a mí pero con la voz del peluche que ya me había acostumbrado a tener como compañero de habitación me abrazó fuertemente. Casi siento que pierdo el aliento ante su efusiva muestra de afecto.
-Ya… ¡Ya!... Explica qué está sucediendo.
Sonaba más incómoda de lo que en realidad estaba. En real