16. Sombras...
Capítulo 16. Sombras que Despiertan Deseos.
Las palabras se perdieron en el aire, ahogadas por la contradicción de su mirada. Porque incluso llamándolo monstruo, sus ojos brillaban con algo distinto, algo que dolía reconocer.
Finalmente, con el corazón desbocado, se recostó de nuevo en su lado de la cama. Cerró los ojos con fuerza, como si pudiera borrar lo que acababa de hacer. Pero el insomnio la mantuvo despierta un largo rato, escuchando cada respiración de Emiliano, cada roce del viento contra las persianas. Y en la oscuridad, se dio cuenta de que esa tortura no era solo suya: él también se estaba condenando. Aunque no lo dijera, aunque lo disfrazara de control, esa cercanía lo estaba consumiendo tanto como a ella.
A varias millas de distancia, en la ciudad, otra noche sin paz se alargaba para Francesco. Había intentado convencerse de que todo había sido un espejismo en el aeropuerto, un golpe de cansancio o un recuerdo disfrazado en la multitud. Pero no. Sabía lo que había visto