14. Una...
Capítulo 14. Una cena para dos... ¿amantes?
El aire suave de la isla parecía espesarme mientras avanzaba la tarde. Emiliano había decidido no molestar más a Mariana por el momento.
Desde los ventanales de la villa privada, el horizonte se teñía de un naranja encendido que lentamente se disolvía en púrpura. El mar rugía en la distancia con un ritmo constante, como si quisiera marcar el compás de la velada.
Mariana se había encerrado en la habitación un par de horas, fingiendo cansancio, pero en realidad necesitaba ese respiro para recomponerse de las emociones que ese hombre le hacía sentir.
Ella se imaginaba por momentos que sería de Francesco, que pasó con la luna de miel que tanto preparo con él.
La visita a esos viñedos que tanto había soñado, pero que ahora le sería imposible ir.
Cada vez que se veía su rostro en el espejo se sentía otra. Ese simple objeto no le devolvía el reflejo de la mujer que solía ser. Pero tampoco estaba el reflejo de la mujer que Emiliano esperaba... Emil