—Bien, nos vemos esta noche.
Apenas terminé la llamada, aparté rápidamente los asuntos sentimentales de mi mente. No era momento para distracciones románticas. Me dirigí a mi escritorio y encendí la computadora, determinada a tomar acción inmediata.
Mientras el sistema arrancaba, marqué el número del abogado penalista que llevaba el caso de Claudia. Necesitaba su recomendación para contactar a un especialista en difamación digital y leyes de internet. La situación requería experiencia específica en este campo tan complejo.
Le pedí a Rosa que coordinara con relaciones públicas para identificar las principales cuentas que difundían calumnias.
Entregué esta lista al nuevo abogado civil, solicitándole que preparara una carta legal para demandar a los difamadores.
Era mediodía cuando terminé estas gestiones.
Publiqué mi respuesta y pedí a relaciones públicas que contactara medios para darle mayor difusión.
Apenas había terminado de almorzar cuando mi teléfono comenzó a sonar sin parar.
Sofí