Capítulo cuarenta y cinco.
—Por supuesto que sigo en esto contigo, Alonso.— Contestó Leticia, haciendo una expresión de impaciencia, —¿Será que puedes bajar esa cosa antes de que se te escape un tiro?
—¿Por qué tienes miedo de que se me escape un tiro?— Alonso ladeó la cabeza a la derecha. Después bajo el arma y sonriente, exclamó: —¡Claro! ¡Olvide que yo no tengo tan pésima puntería como tú!
—Al menos yo tome ese riesgo y tú solamente has estado oculto como todo un cobarde.
—Vaya me gusta mucho ese tono y forma de hablar que estás utilizando ahora. Pero no estoy de acuerdo que lo uses en mi contra, Leticia.
—Y deberías dejar de fumar porque considero que la adicción al cigarrillo puede matarte más rápido que la adicción a las chupetas.
—¿Quieres que hagamos un experimento?— Alonso se guardo el arma de fuego en su cintura y se froto ambas manos.
—Solamente dime cuál es la nueva estrategia o el plan que tienes en mente. Mira que lo único que necesito es recuperar el amor de Jhonathan.— Ella se mantenía calmada y