Mi corazón duele, mientras escucho los llantos de mis hijos, pero, me recuerdo mentalmente que es por su propio bien. Suspiro profundo y lentamente, me marcho conteniendo las ganas de entrar por esa puerta y correr a abrazar a mis hijos.
Sé perfectamente que no debo hacerlo, mucho menos, si quiero tener a mis hijos a salvo. Por lo que, subo nuevamente a mi silla de ruedas y avanzo tanto como sea posible para poder llegar a las escaleras hoy.El dolor de mi herida en mi pierna, no es algo en comparación a lo que siento en mi pecho por todo lo que está sucediendo. Rápidamente, me muevo hacia las escaleras, mientras uno de los chicos lleva la silla de ruedas a su lugar.— Lo mejor es que me quede cerca de…— No, si te quedas, va a sospechar que alguno de nosotros está ahí. Regresemos. Ayúdenme a buscar una manera de ganar en este enfrentamiento o por lo menos, evitar que acabe con nuestras vi