Un mes después
La renuncia a su cargo, era verdad. Danell no se marchó con su hermano y la mayoría de sus hombres, lo dejaron. Lo sé porque vive en la casa al lado de la mía. Una donde puedo ver lo que hace, porque sus ventanas son grandes y siempre están abiertas.— ¿Puedo pasar? — pregunta Anne, la mujer a cargo de la limpieza de la casa.— Sí. — digo secando a uno de los bebés, mientras el otro juega con sus pies.— El vecino ha vuelto a enviar su desayuno. — dice Anne y yo suspiro profundo.Sé perfectamente cuales son las intenciones de Danell, por lo que, no me esfuerzo siquiera en molestarme con él y mucho menos, reclamarle. Por lo que, vuelvo a dar la orden que siempre doy después de cada comida:— Puedes comértela si lo deseas o regalarla. — digo continuando con mi trabajo con los bebés.— S