Tras nuestra larga conversación con Ryan acordamos que ambos investigaríamos el asunto, con la ayuda de los chicos que nos brindarían una mano siempre que no alertemos a nadie más. No queríamos armar un escándalo sin razón, pero de que averiguaríamos quien nos hizo esto lo tenía muy seguro.
Al final, había decidido confiar en su palabra y en aquella pequeña punzada en mi interior que, aunque no era un presentimiento fuerte como el que siempre me ayudaba en mis casos, ahí estaba y por esta vez lo iba a seguir. No podía equivocarme tanto con él, me había tratado tan bien y me había hecho sentir realmente especial, sabía que nadie más lo iba hacer y no quería perder algo tan hermoso por culpa de alguien más.
Porque sí, después de que mencionara de que probablemente todo esto lo había hecho