Capítulo 48. Un Nuevo Comienzo
Amelia.
Había pasado exactamente un año desde el trasplante de Archie. Un año desde que nuestras vidas habían conocido la verdadera felicidad, luego de tantas batallas, tantas lágrimas derramadas. Pero si algo he aprendido es que los momentos más oscuros hacen que la luz que llega después brille aún más intensamente. Este último año ha sido, sin lugar a dudas, uno de los mejores de mi vida.
Al despertar esa mañana, con la luz del sol filtrándose por las cortinas, me estiré suavemente en la cama. Aaron ya no estaba, lo escuchaba en la cocina riendo con Archie, preparando el desayuno como lo hacía cada día. Mi corazón se llenaba de gratitud y amor, una sensación de paz tan profunda que a veces me preguntaba si era posible ser tan feliz. Archie, mi pequeño guerrero, ahora correteaba alegremente por la casa, saludable y lleno de vida, el niño más encantador que jamás hubiera imaginado. Y Aaron... mi esposo, mi roca, mi todo, seguía siendo el hombre que había conquistado mi corazón una y o