—¿Quiénes son ustedes? ¿Qué quieren de mí? — preguntó un hombre mayor sentado en una silla atado a ella.
—No preguntes quienes son ellos, mejor pregunta quién soy yo — Danphe hizo presencia ante el sujeto, aquel la miró confundido sin tener idea de quién era ella, no la recordaba, no podía identificar su rostro.
—No la conozco — ella buscó una silla y la dejó frente a él para tomar asiento, elevó su ceja y luego sonrió, movió su cabeza de un lado y no dejó de mirarlo ni un segundo.
—Si me conoces, y muy bien, solo que no me recuerdas porque hice algunos cambios en mí, para que nadie pudiera recordar quién era, yo si sé quién eres, y lo travieso que has sido a lo largo de tu vida, conozco la lista larga de jóvenes que has tomado por obligación ¿Qué sentirá hacer público la información? — el hombre abrió sus ojos.
—Ni se te ocurra, tengo hijas, ellas podrían ver eso, les destrozaría el corazón — Danphe mantuvo su expresión muy serena.
—¿Y crees que me importa como se sienta tu sagrada f