—Señora Mercedes, espere hasta mañana—. Jason sacó fuerzas para decir esas palabras. —Es tarde y quizás el señor va a cambiar de opinión.
—Escuche al señor Jason, señora Mercedes. No puedes dejarme, no cuando yo te quiero como a una madre, la madre que nunca tuve—. Kiara no la suelta, sigue aferrada al abrazo de Mercedes, quien está soportando no llorar.
—Ven, querida, creo que todos necesitamos un té. Ha sido una noche complicada—. Deja de abrazarla y Kiara se aparta de ella.
—Lo voy a solucionar, lo prometo—. Watson mira a Jason, quien hace resonar su garganta y dice:
—Iré a supervisar la seguridad. Un permiso.
—¡Espere, señor Jason!—. Le pide Kiara y él se detiene. —Gracias por protegerme, señor Jason—. Lo abraza y el hombre se sonroja. Kiara tiene una forma de dar afecto que envuelve a la persona y hace que sientan ese agradecimiento o cariño muy sincero.
—Cumplo con mi trabajo, señora Villarreal. El jefe me ha ordenado protegerla con mi propia vida. Un permiso—. Se ret