Adele Smith
Desde el lunes Nicolás se comporta extraño, anda en algo misterioso que me da mala espina, no he encontrado una casa que me guste, pero me acaban de ofrecer un apartamento que reúne toda mi lista de deseos, el problema es en el mismo edificio donde vive mi jefe.
Desde el lunes prescindimos de los servicio de los dos guarda espaldas, y es que ya por obra y gracia de Dios, mi angustiador murió
Nicolás es el dueño de todas mis fantasías, me quedo absorta viéndole y él ni se inmuta, por mi presencia yo tiemblo por su cercanía ¡Aunque trato de disimularlo a toda costa!
—Jefe su café...— Dice la nueva secretaria coqueta, yo ruedo los ojos es la sexta que conozco en lo que va del mes, sospecho que no durara una semana.
—Tráigale uno a la señorita Smith por favor. — Ordeña mi jefe sin verla siquiera, ¡regalada!, ella sale contoneándose de forma exagerada mientras yo ruedo los ojos
Él toma un sorbo del café y lo aparta de inmediato con gesto de asco — ¡Es asqueroso!— Suelta