Adele Smith
Me alejo para no enamorarme más, hacer el amor con él fue la experiencia más inolvidable de mi vida, si vuelve a tocarme, seguramente se me escapara de los labios el te amo, que quería gritar anoche.
Comienzo a trabajar con una máscara de indiferencia total, voy a la oficina de Daniel, con una sonrisa triunfal, al verme pasar mis compañeros murmuran, como si fuesen llamados o convocados caminan a la oficina cabizbajos.
— ¡Que día tan maravilloso! Buenos días Daniel. — Saludo entrando a la oficina en mi hora de almuerzo.
—Querida, eres la mujer con más agallas que conozco. — Me dice halagándome.
—Lo sé, no tengo miedo al éxito, pero no vine por eso, vine por mi botín. — Expreso. Y el sonríe
—Todos te subestimamos, lo más seguro es que muy pronto seas la dueña de todo esto. — Dice el seguro.
—Que poco me conoces esto no me interesa, solo he venido para que pagues lo que me debes, y por supuesto toda la lista de apostadores, son trescientos que no me caen nada mal. — Les resp