Agosto llegó demasiado rápido para el gusto tanto de Elyan como Christian.
Esa mañana amaneció algo fresca y con muestras de que llovería.
Christian, despierto desde hace rato, observaba detenidamente al chico dormido.
En aquel corto tiempo que había pasado en casa de su ex-profesor había vivido más que durante sus veintisiete años de vida.
Llevaba oyendo a los padres de Elyan desde hacía rato levantados pero él no quería levantarse pues eso supondría dejar pasar otro día y menos le quedarían de estar allí.
"Porque quieres idiota"
Se dijo a sí mismo en su interior.
Alargando una mano empezó a tocar los rizos alborotados de Elyan.
-¿Por qué te has tenido que enamorar de un cobarde como yo?- musitó.
Elyan abrió los ojos y le miró.