Habían cenado bien temprano y entre miraditas de tensión e impaciencia entre ellos.
A Elyan casi no le entraba la comida y se dejó en el plato.
-Elyan no pienses en que lo vamos a hacer- dijo Christian.
-¿Es que no lo vamos a hacer?- se alarmó el chico.
-No he dicho eso sino que no lo pienses o entonces sí que no lo haremos- apuntó Christian.
-No estoy pensando en eso- respondió rápidamente Elyan.
El moreno se contuvo la risa.
-¿Tomamos postre?- preguntó.
Elyan negó con la cabeza para de repente dando un bote de la silla acercarse hasta él.
Christian le miró fijamente.
-¿Qué pasa...-
Elyan no le dejó acabar sino que cogiéndole de una mano le obligó a ponerse en pie y tirar de él rumbo a las escaleras.
Como si tuviera prisa, lo arrastr&