ONYX
El nuevo día comienza con aparente normalidad. Me dedico a enseñarle a Kael los rincones de Vyreon.No hemos vuelto a hablar del tema, y, si soy honesta, tampoco me he detenido a pensar si aceptar o no.Lo que le dije anoche a Devan fue por rabia.Quería herirlo. Lastimarlo.Lo sé, no debería... pero todavía tengo sentimientos por ellos, y esa parte de mi vida sigue siendo una herida abierta. Dolorosa.Difícil de ignorar.Me lo encuentro de frente.—Alfas, buenas tardes —dice Devan con esa voz segura de siempre.Kael simplemente asiente cortésmente, pero yo, solo lo veo.No sonrío. No puedo. En cuanto mis ojos se posan en Devan, mi cuerpo se tensa. Su presencia es abrumadora.Más aún con la marca ardiendo en mi cuello como si reclamara atención.—Alfa, ¿podemos hablar? —pregunta él, con la voz baja pero firme.Llevo instintivamente la mano al cuello. La mar