La caricia de una mano la mar de conocida por toda su espalda.

Una sonrisa tonta asomó en sus labios al mismo tiempo que ronroneó.

Unos labios besaron la parte alta de su espalda para notar una barba hacerle cosquillas.

-Mmm, Mitch-

-Ese soy yo, nene- musitó el castaño.

Dandose la vuelta lo vio cara a cara.

Alzando una mano, Derek acarició su mejilla.

Despacio, paseó los dedos por sus labios y fue entonces cuando Mitch besó éstos de una manera dulce y tierna.

-¿Cómo has dormido?- se interesó.

-Genial-

Enterrando los dedos en el cabello del hombre se lo empujó hacia sí y le besó.

Mitch se deleitaba con aquella boca.

Aún no se creía que Derek hubiera pasado por un infierno.

Por suerte quiso el destino que lo conociera…

Y ahora era suyo.

Agradeció una y mil v