No paraba de moverse en el asiento del copiloto.
Mitch le miró un tanto extrañado.
-¿Nene, te ocurre algo?-
Derek tragó saliva.
-No…no es nada-
-¿Seguro?- el castaño soltó una mano del volante y la llevó hasta uno de sus muslos para empezar a acariciarselo.
Luego giró la mano apuntando con la palma hacia arriba.
Derek deslizó la suya por ella y entrelazó sus dedos con los de Mitch.
Éste se detuvo ante un semáforo.
Girándose al moreno se inclinó hacia él y besó sus labios.
El semáforo cambió.
Los coches hicieron sonar el claxon.
Mitch se retiró de Derek para poner en marcha el coche.
-No debes estar nervioso, nene- soltó por un momento su mano y giró el volante.
De nuevo le ofreció su mano.