DOCTORA DE DÍA, MADRE SOLTERA DE NOCHE. SERIE LOVE MEMORY.
DOCTORA DE DÍA, MADRE SOLTERA DE NOCHE. SERIE LOVE MEMORY.
Por: Anne Zamora
PREFACIO

PREFACIO

Soy Camil de La Fuente. Residente de Medicina, de veinticinco años, madre soltera… desastre total y con una vida demasiado complicada como para que logre dormir cinco horas seguidas.

Ya no recuerdo cómo se sentía tener una mente sin preocupaciones, o un anoche de borrachera. Cuando a penas cumplía los dieciocho años,  tal como si un meteorito me hubiera alcanzado «digo meteorito, porque así de fuerte me golpeó» me alcanzó el amor.

Solo que no fue un amor rosa de telenovelas, no. Fue un amor egoísta, intenso, desenfrenado, incluso… hasta un poco prohibido.

Me enamoré de el único hombre que no se enamoraría de mi.

Él me conocía… sabía que yo era un total desastre… un peligro andante.

Modelo internacional, mimada y ridículamente insoportable… A decir verdad, ningún hombre razonable, con cuatro dedos de frente y pensante, se hubiera ligado conmigo por más de una noche.

«O bueno… solo él…Farid»

Farid era una fuerza de la naturaleza « no es que yo no lo fuera». Solo que éramos polos totalmente opuestos. Él era una fuerza positiva, pero eso no lo hacía impasible o calmado.

Pero Yo… era una irrespetuosa, volátil, impredecible, eso hasta que sucumbí totalmente ante él.

Él no supo que hacer conmigo… y para desdicha mía, no sintió lo mismo.

Así que yo decidí guardar mis sentimientos. El amor me volvió vulnerable, y para la malcriada que era en esa época, ser vulnerable no estaba en mis planes. No quería que se burlara de mis emociones «aunque ahora no creo que él siendo tan maduro fuera capaz de burlarse».

Cuando no pude manejar amar sola, pues lo dejé. Si no me amaba, me negaba a dar lo que estaba casi segura que no iba a recibir de su parte.

Debería haber dicho que amaría sin reservas… pero ¡Por Dios! ¡Yo no era así! Estaba acostumbrada a ser adorada entre simples mortales, a ser simplemente mi voluntad y a creer que el amor para ser amor tenía que ser cien por ciento recíproco.

Fui egoísta con él… lo sé, pero ya estaba hecho, ya me había alejado.

Poco después de dejarlo descubri mi embarazo, pero aunque lo llamé no fui capaz de articular un solo sonido, y colgué antes de decirle.

No fui capaz de acercarme a su fuego otra vez. Así que no puedo imaginar su reacción al enterarse que sería padre de un hijo mío… nuestro.

Farid no me amaba, yo no quería ser la madre de un heredero que sería una pieza fundamental en su imperio, mientras yo no pasaría de una «soportable» fingura decorativa.  Prefería vivir sin él, que vivir una vida mendigando amor.

Decidí cambiar mi vida…empezar de cero. Deje los excesos y la vida fácil que me ofrecía mi hermano, y mi ya consolidada carrera como Top Model.

Matricule en la universidad, y no en diseño, o en derecho… si iba a cambiar mi vida tenía que ser un giro dramático.

Empecé a estudiar medicina al tiempo que mi bebé crecía dentro de mi. Me cambie de ciudad antes de que mi embarazo fuera visible.  

Me instalé en Los Ángeles, donde el padre de mi hermano me ayudo mucho en los primeros tiempos.

Nótese que lo llamo “padre de mi hermano” y no «padrastro. Amiel nunca fue mi padrastro… él ya se había divorciado de mi madre cuando ella conoció a un  «donante» desconocido… y no precisamente lo escogió en un banco de semen, ¡No!

 A mi me hicieron a la antigua, durante un crucero de divorciadas al que  se fue mi madre y del cual regreso conmigo en el vientre. Así que supongo que eso de ser madre soltera me viene en los genes.

Han sido años difíciles, sobre todo porque ya vivo sola en Atlanta y me aleje de todos los que me conocían. Cada vez que veo a mi pequeña Emira se me olvida el cansancio, incluso los temores y miedos.

Lo único que no logro olvidar es la mirada penetrante de Farid, ¿y cómo? Si mi hija tiene sus ojos y un poco de su carácter, a pesar de no haberlo visto nunca.

Así va mi vida. Soy la Doctora De La Fuente, y divido mi tiempo en tratar de ser Cirujana de día… y madre soltera de noche.

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