Hunter Jackson estaba de pie frente al juzgado, vestido con una camisa sencilla y una chaqueta prestada de su vecino en la casa de huéspedes. Sus ojos se alzaron, fijos en la placa del majestuoso edificio, mientras tomaba una respiración profunda.

A su lado, Olivia se mantenía serena y elegante, con un traje azul marino. Le dio unas palmaditas suaves en el brazo.

—Tienes que ser fuerte. Hoy no se trata de ti. Se trata de Joe.

Hunter asintió.

—Lo sé. Pero se siente extraño… tener que luchar por el derecho de ser padre de mi propio hijo.

Entraron al edificio, mientras los medios locales se reunían afuera, captando el escándalo de un empresario caído enredado en un caso contra un poderoso CEO.

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Dentro de la sala, la jueza Margaret Chen presidía el juicio. Su mirada era aguda y experimentada. Era conocida por su imparcialidad y por no dejarse influenciar por el dinero o el estatus.

—Demandante: Damien Levasseur. Demandado: Hunter Jackson. Esta audiencia es para determinar la custodia y