Aquella tarde el sol de verano elevó la temperatura por sobre los 40 grados centígrados
Una verdadera locura.
El ventilador de casa proporcionaba la única oportunidad de refrescarse, por lo que, tanto ella como su madre, estaban congregadas alrededor de él.
Fue en esa misma tarde cuando se formó la tormenta.
Y fue esa noche, cuando comenzó a caer con tal fuerza sobre la ciudad, que parecía que el fin de todas las cosas se manifestaba.
El poder de los truenos retumbaba en cada rincón de la casa, sacudiendo incluso las paredes. La agresividad de los rayos que iluminaban la oscuridad con una luz que enceguecía, dibujaban venas el