—Eres una niña estúpida, no vales nada entiendes no vales, al contario me estorbas, nunca debiste nacer, no tienes idea como te odio.

No era pesadillas las que tenía, eran recuerdos reprimidos, aquellos que siendo una pequeña se escondían en la parte más remota de su mente. Es que muchas veces nos negamos a creer que podía existir tanta maldad en la persona que supones que debía protegerte y cuidarte, ella era una niña indefensa en inocente un ser sin culpa, cada golpe le robaba la candidez que una niña debía tener, cada mentira la hundía más.

Quería soñar con una vida distinta, quería soñar con la vida que debió tener, pensaba en su verdadera madre cuanto habrá sufrido al sentirse engañada por su padre, pensaban en la cobardía de este y su falta de valor para defenderla ante t