Punto de vista de Jason.

Mi corazón dio un vuelco al escuchar al doctor.

—Ara —la llamé, dándole palmaditas en la mejilla, pero ella no respondió. Se veía tan pálida tirada allí sin vida.

—¿Qué quieres decir con que no hay bebé? Ella está bien. Maldita sea, revísala de nuevo —le gritó Caí al médico, quien se estremeció.

Mi mandíbula se apretó cuando la furia cruda me atravesó y me di la vuelta, lo agarré por el cuello y lo empujé bruscamente contra la pared con tal fuerza que la dejó sin aliento.

Caí admitió con dolor: —¡Mierda! Aléjate de mí. Ella está bien. No puede perder a su bebé con solo una herida en la mano —intentó razonar alejándome, pero todo lo que vi fue rojo.

Ella estaba bien antes, pero lo que hizo Caí podría haberla llevado a esto.

—Podría ser un maldito shock, bastardo. Nos atacaste. Ella resultó herida. El shock la habría llevado a esta situación —le gruñí en la cara mientras los médicos y el personal intentaban sacarme de Caí, pero no retrocedí. Podía oírlos débilme