Jason cortó la llamada y se quedó sumido en sus pensamientos.
—¿Estás bien? —pregunté suavemente mientras él asentía con la cabeza.
Jason puso su mano en mi frente comprobando mi temperatura. Parecía preocupado y sumido en sus pensamientos.
Me di cuenta de lo que estaba pensando. Tomé su mano en la mía y le hice mirarme.
—Me he recuperado y ya podía irme, por favor no te preocupes por mi —le dije, y me miró sorprendido porque leí su mente. Suspiró antes de llevar mi mano a sus labios y dejar un beso en el dorso.
—Aún te estás recuperando, Ara. Necesitas descansar —dijo. Sus ojos azules estaban llenos de preocupación cuando sacudí la cabeza y me acerqué a él.
—Estoy bien. No es que vayamos a la guerra o a pelear. Es solo que tuvimos que hablar con Sofía, también quiero saber sobre mis antepasados y mi línea de sangre. Quiero saber a dónde pertenezco —insistió.
Él suspiró. —Sabía que me harías aceptar de alguna manera, por eso le dije a León que estaremos allí, pero tienes que prometerm