Kyle quería soltar una carcajada, no estaba acostumbrado a compartir con niños.
Lindsey, jamás pensó que él se fuera a enterar de sus tonterías por la boca de esos bribones, respiro hondo y se les acercó a los niños, agarró a dos por las manos.
—¡Vamos niños! Nana Julia nos está esperando con la merienda.
Todos empezaron a caminar hacia el interior de la casa donde había una señora esperándolos en el comedor.
Kyle y Freed se quedaron parados viendo como todos entran a la casa.
Jimena, a unos pasos de entrar a la casa, se volvió y vociferó.
—Ustedes dos se queden allí parados, vamos acompáñennos a merendar.
—Es una joyita tu esposa y ya veo porque estás enamorado —le da dos palmaditas en la espalda y caminó con una sonrisa victoriosa.
—Deja de decir tonterías.
—¡Mucho gusto señores! ¡Yo soy Julia la cocina! —se presentó una señora de avanzada edad, le tendió la mano a cada uno con amabilidad.
Kyle buscaba con la mirada a su esposa que estaba con Luan sentando a los niños en las sillas.