— Si solamente has venido par humillarme, lárgate - Olivia estuvo cerca de volver a abrir la puerta que tenía a espaldas de ella, pero su reacción no fue tan rápida como la del hombre con quién estaba, las frías manos de Aidan la tomaron con fuerza de la muñeca empujándola por la pared, Olivia había quedado asustada por aquella acción, pero al sentir la frescura de los labios de Aidan presionando con el de ella, se llevó la cabeza hacia atrás intentando de separarse de él, pero él la sostuvo fuertemente de la nuca y exigió con fiereza el acceso a su boca.

Olivia sintió la mordida de Aidan, y no tuvo más opción que ceder ante la intromisión del hombre, un beso calcinante que despertaba las sensaciones de dos cuerpos que conocen demasiado bien, aquel beso que era demandante, pero de esos besos que hieren, él era dominante y aquel besó tenía un significado que nadie podía comprender mejor que él, sus labios se movían al compás y con fiereza y aunque Olivia quiso resistirse al principio,